Desde mi más tierna infancia he tenido un fuerte deseo de armonía. Cuando veía dolor o tristeza en mi entorno, me sentía triste y no podía entenderlo ni aceptarlo. Insistentemente, preguntaba “por qué”. Durante mi vida adulta, sigo preguntando por qué, cómo y qué se podría hacer para contribuir al bienestar de la gente.
Estudié medicina. Cuando me gradué, comencé a trabajar en un hospital universitario. Mis amigos y colegas que querían, por ejemplo, convertirse en oftalmólogos o cardiólogos, sabían que tenían que formarse en la especialidad de su elección. En mi caso, mi preferencia era la totalidad de la persona y no sólo un órgano o un sistema. No había un camino ya hecho a seguir en esta dirección. Tuve que explorar. Iniciar mi formación en medicina integrativa fue un primer paso.
Además, dado que los niveles físico, emocional, mental y también espiritual están relacionados e interactúan entre sí, sentí la necesidad de seguir estudiando y entrenándome en las cuatro áreas, lo que hace posible percibir situaciones desde perspectivas más amplias y profundas.
Las estrategias de tratamiento que utilizo en mi práctica son a medida y se adaptan específicamente a las necesidades de cada persona, al motivo de su consulta y a su propio marco de referencia.
Luego de recibirme de médica en la Facultad de Medicina, comencé a trabajar y a entrenarme en un hospital universitario de alta complejidad. Ya desde entonces estaba interesada en la gente ingresada. Los veía como personas en su totalidad, y no solamente como pacientes que sufrían de una u otra enfermedad. Luego de completar mis tareas diarias, me quedaba a charlar con ellos. Escuchaba con atención sus historias: desde anécdotas cortas hasta el relato completo de sus vidas, sus momentos felices, sus tristezas, frustraciones, arrepentimientos, sus deseos y expectativas. También prestaba atención a la manera en que experimentaban sus enfermedades, y me preguntaba qué relación podría haber entre sus historias individuales y las dolencias por las cuales estaban hospitalizados.
Además, ofrece más opciones de tratamiento, especialmente para enfermedades crónicas.
Posteriormente estudié también otras disciplinas médicas, entre otras, la Psico Neuro Inmuno Endocrinoloía, la cual estudia científicamente, cómo nuestros pensamientos y emociones influyen en nuestro cuerpo físico, por lo tanto, en nuestra salud.
La consulta médica integrativa ofrece un espacio de confianza, donde, si la persona lo desea, se puede hablar de todo lo que es importante en su vida.
Mi desarrollo y pasión hacia el consultorio de psicología ha sido el resultado natural de años de práctica médica integral. Año tras año, las trayectorias de vida de mis pacientes y el curso de sus síntomas, mostraban cómo sus formas de pensar y sus actitudes influenciaban su estado de salud y su sanación. Frecuentemente yo notaba que la conversación durante la primera consulta médica era suficiente para poner en marcha el proceso de recuperación, aún antes de comenzar a tomar la medicación indicada. Entonces, me dediqué a estudiar diversos métodos de tratamiento psicológico, enfoques cognitivos personales y transpersonales. “Más vale prevenir que curar” dice el refrán. Gestionar a tiempo las emociones ayuda a ser feliz y funciona, a la vez, como medicina preventiva. Así se integraron a mi práctica los aspectos psicosociales, los cuales la enriquecen enormemente y contribuyen a concretar mi visión de medicina integral. Ya que las enfermedades son psicosomáticas y somatopsiquicas.
Impulsada por mi interés en las relaciones e interacciones entre lo espiritual, mental, emocional y físico, además de participar en cursos de actualización médica y psicológica, estudio y me entreno en varias filosofías y disciplinas espirituales, como por ejemplo budismo. Al demostrarse su eficacia, en los últimos años, diversas técnicas y elementos del budismo, como mindfulness y meditación, han sido incorporados a las prácticas médicas y psicológicas convencionales.
Considero sumamente valiosa la inclusión de estudios y entrenamientos en filosofías y disciplinas espirituales en mi formación, tanto para mi propio desarrollo personal como para ampliar y profundizar los marcos de referencia en mi trabajo.
Las estrategias de tratamiento y de acompañamiento activo que aplico, son personalizadas y acorde a las necesidades de cada caso particular.
La vida y los años enseñan.
He vivido en tres continentes con culturas diversas, lo cual ha facilitado, a través de los años, la asistencia a gente proveniente de distintos países.
Como mucha gente, yo también he encontrado obstáculos y situaciones desafiantes en mi camino. El haber tenido que aprender a adaptarme a situaciones y lugares nuevos, a sobrellevar desafíos, ha agregado experiencia personal a mi formación profesional, la cual contribuye a poder comprender y apoyar mejor a mis clientes.
Nací en Argentina. Estoy radicada en Países Bajos desde 1991. Trabajo en castellano, en inglés y en holandés. Mi propia experiencia internacional ha facilitado mi trabajo con expatriados.
Regularmente he ofrecido talleres para diferentes grupos, entre otros: apoyo a gente con enfermedades que pueden comprometer la vida y a sus seres queridos; grupos de parejas con el fin de realzar la armonía, talleres de introducción al método Whole -Self para profesionales
Esta introducción no estaría completa sin mencionar y agradecer a quienes me formaron profesionalmente y me inspiraron, comenzando con la Facultad de Medicina de Buenos Aires.
He tenido la maravillosa oportunidad de ser formada:
en medicina homeopática por grandes maestros como Alfonso Masi Elizalde, Tomás Pablo Paschero, Francisco Xavier Eizayaga, Eugenio Candegabe, Flora Dabbah y tantos otros, cada uno con sus descubrimientos y vetas particulares y todos fieles a los principios básicos de la homeopatía y de la medicina integral, sentando los fundamentos de la medicina de la persona, y de la medicina consciente,
en el método Whole-Self, por sus fundadores Troya y Jon Turner, pioneros en psicología prenatal,
por mis maestros y guías en las disciplinas espirituales, entre ellos Lama Gangchen Rinpoche: lama sanador y trabajador incansable por la paz mundial, constructor de puentes entre la espiritualidad y la ciencia y entre la ciencia budista y la occidental,
por la escuela de budismo donde sigo un entrenamiento continuo. Este entrenamiento enriquece mi trabajo al aportar conocimientos y experiencias sobre crear armonía, escuchar atenta y profundamente, causa y efecto, herencia, su visión de la muerte, el poder de la gratitud y el poder de la compasión.
“Caminante, no hay camino. Se hace camino al andar.”